Es cada vez más habitual que las empresas busquen mejorar la competitividad y productividad mediante proyectos de mejora productiva con el uso de herramientas tecnológicas y cambios organizativos.
Estos procesos son claramente necesarios y el primer escollo aparece cuando “metemos lupa”. Lo habitual es encontrarnos con varios frentes que mejorar y donde la pregunta del millón es “¿por dónde empiezo?”. Aquí nuestra sugerencia es clara: